viernes, 16 de mayo de 2014

"¿Cuál debería ser la respuesta de un cristiano cuyo cónyuge haya tenido una aventura?"

"¿Cuál debería ser la respuesta de un cristiano cuyo cónyuge haya tenido una aventura?"

El Flagelo que hoy en dia azota a la humanidad  la infidelidad;  cuando ocurre es una situación muy difícil y dolorosa. Involucra todas las emociones y, para el cristiano, puede estirar su fe casi hasta el punto de ruptura. La mejor cosa a hacer es “echar toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros." (1 Pedro 5:7). Ve al Señor diariamente por Su consuelo, sabiduría y dirección. Dios nos puede ayudar a través de la más profunda de las pruebas.

El adulterio siempre es malo. "a los adúlteros los juzgará Dios." (Hebreos 13:4). La parte ofendida debe descansar en la verdad que Dios es el Vengador. La persona inocente no tiene que inquietarse por vengarse. Dios hará un mejor trabajo de eso. Cuando somos heridos, tenemos que encomendar este pecado de adulterio a Quien conoce todos los detalles y responderá adecuadamente.

PERDONAR. Es duro el momento pero debes recordar esto “Si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas." (Mateo 6:14, 15 NVI). Esto puede parecer imposible, pero con la gracia de Dios, la víctima puede hacer que su perdón sea un acto de la voluntad, en obediencia a la Palabra de Dios. Guardar amargura afectará las actitudes, las emociones y el deseo de obedecer a Dios, y afectará negativamente las decisiones cotidianas. Esto no significa que el cónyuge ofendido no va a sufrir los efectos del dolor profundo. Pero la gracia de Dios ministrará mucho a sus necesidades. La alternativa es un corazón implacable que pronto será atormentado por pensamientos vengativos, enojo, ira, etc.

SER PERDONADO. "Si confesamos nuestros pecados, [Dios] es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) Las dos partes deben pedir a Dios que les ayude a ver cómo cada uno de ellos puede haber contribuido a la situación y ser liberados del peso de la culpa ante Dios. Desde ese punto en adelante, habrá libertad para pedir Su consejo y orientación. El Espíritu Santo les ayudará a hacer lo que ellos no podían hacer por su propia cuenta. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).

Luego, siendo guiados por Dios, el perdón y la reconciliación pueden alcanzarse. Incluso si esto toma tiempo, la pareja debe hacer todo lo posible para perdonarse y reconciliarse. (Ver Mateo 5:23-24). En cuanto a si quedarse o irse, “excepto en caso de infidelidad conyugal, el que se divorcia de su esposa, y se casa con otra, comete adulterio.” (Mateo 19:9). Mientras que la parte inocente puede tener motivo de divorcio, la preferencia de Dios es el perdón y la reconciliación.

“Yo aborrezco el divorcio—dice el SEÑOR, Dios de Israel.” (Malaquías 2:16) Es mucho mejor intentar resolver los asuntos que causan los problemas, especialmente si hay niños involucrados. La consejería cristiana es útil de alguien que utiliza la Palabra de Dios como la base para el asesoramiento. La oración para orientación en los pensamientos, palabras, acciones y decisiones es crucial.

Francis Suarez
Editor